Este es el relato de un proceso. El relato del ser urbano . Mumford no se equivocaba cuando describía la ciudad del siglo XIX como un lugar insalubre, contaminado, confuso, estresante, anónimo, superficial, artificial… en oposición a la naturaleza , evocación del paraíso perdido, organismo estable, equilibrado, puro. Salgamos de la ciudad. Volvamos a lo natural. Volvamos al lugar del que nunca debimos salir, un lugar auténtico , donde las personas pueden desarrollarse con arreglo a lo que es natural en ellas. Entonces, salimos a lo natural . Lo natural en oposición a lo urbano . Sin reglas – las reglas son para la ciudad – libres por fin. La ciudad normaliza y regula, el Poder ejerce prácticas biopolíticas (Amin y Thrift, 2002:28), segrega, convierte al ciudadano en “persona promedio” (Wirth, 2005:10). El ser urbano negocia los términos de su práctica sensitiva en el orden de la ciudad. Salgamos de la ciudad. Opongámonos a las normas de la ciudad, seamos honestos , juguemos limpio
LAS FUERZAS TECTÓNICAS En ocasiones, las rocas sedimentarias pasan de estar en la posición en la que se formaron (más o menos horizontal) a romperse, arrugarse o plegarse debido a las fuerzas que ejercen las placas de la superficie terrestre cuando interactúan entre sí. Cuando estas capas de roca basculan por fuerzas compresivas, como en el caso del choque entre la placa Ibérica y la Euroasiática, pueden llegar a quedar en vertical, elevarse desde el fondo oceánico y dejarse erosionar por las olas, para que nosotros podamos interpretarlas tomando el sol, un baño o incluso un txakoli desde la playa de Itzurun. Así ocurre en el Biotopo de la Costa Vasca que nos ocupa, donde las capas más antiguas, con una datación de 105 millones de años, se sitúan en la zona de Deba y, las más nuevas, de 50 millones de años, en la zona de Getaria. Estas capas son como las páginas de un libro que nos cuenta la historia de nuestro planeta desde el Cretácico hasta el Terciar