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POR UNOS DÍAS, OTRA FORMA DE VIDA


Cuando realizas una actividad deportiva de montaña de unas horas,  ésta se integra en tu forma de vida habitual, sin alterar las rutinas que rigen tu día a día.

Cuando te planteas pasar varios días por la montaña, sin más recursos que los que eres capaz de cargar en tu mochila, la cosa cambia.

Una travesía por la montaña, aunque sea de unas pocas jornadas, pasa de ser una actividad física a ser, durante esos días, una verdadera forma de vida.


Tu vida, durante ese período de tiempo, va a ser otra



No sólo vas a realizar una actividad física:

Momento para el aseo personal
  • Vas a tener que reservar un tiempo y un espacio en la mochila para tu aseo, tu alimentación y otras tareas, como colocar la tienda, limpiar tu ropa, los cacharros, etc.
  • Es importante que tengas esto en cuenta porque el día tiene 24 horas y por la noche poco vas a poder hacer por ahí afuera. 
  • Planifica la jornada teniendo en cuenta que, una vez finalizada la caminata, vas a tener que hacer unas cuantas cosas más.
  • Si apuras el tiempo caminando, porque has planificado etapas muy largas, probablemente se te hará de noche.

  • Si llevas una linterna frontal (y pilas, claro) te puedes apañar, pero estamos hablando de pasar unos días disfrutando. Las ocasiones para agobiarse sobran. No las planifiques.


Si te gustan las rutas de grandes desniveles o por terrenos difíciles...


Se pueden hacer igualmente (en la foto inferior derecha, travesía circular por los Infiernos), pero:


Travesía circular en Pirineos
  • Ahora ya no eres un coche, ahora eres un camión

Si no lo tienes claro, es mejor que peques de hacer una jornada demasiado corta. Siempre puedes colocar la tienda y darte una vuelta por ahí, subir a algún pico (por la tarde no habrá nadie), o no hacer nada.


  • Como ahora eres un camión, camina despacio.

Llevas una carga de 10 kilos (o más) a la espalda.

Tu cuerpo no está acostumbrado. Tanto tus músculos como articulaciones soportan un esfuerzo muy grande tanto por el peso que hay que desplazar como el que hay que cargar.


  • Aunque estés parado, estás realizando un importante gasto energético soportando la mochila.


  • Así que no te pases con el ritmo porque lo pagarás: Lo más común es que empieces con dolores en las rodillas, o en los tobillos, que pueden ir en aumento hasta hacerte imposible la deambulación.

  • En tal caso, olvídate. Probablemente tienes algún tendón inflamado por la sobrecarga (tendinitis). Vuélvete a casa y haz reposo.

  • Por el contrario, si tienes molestias, pero al cuarto día de marcha todo va bien, ya es muy raro que te surjan este tipo de problemas.

  • Otra cosa importante: Dedica un tiempo al final de la jornada a estirar. Si has empezado a notar alguna molestia, puede que estirar te ayude a que la cosa no vaya en aumento.




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