Como explicábamos en ALTITUD Y EJERCICIO FÍSICO (I), la exposición a la altura provoca una serie de efectos fisiológicos encaminados a recuperar el equilibrio del organismo, la HOMEOSTASIS.
Los efectos que vamos a describir son provocados directa o
indirectamente por la HIPOXIA aunque en
este caso nos vamos a ocupar de los efectos en el volumen de agua corporal, sobre todo los relacionados con la deshidratación
La pérdida de agua en la sangre aumenta proporcionalmente a la altitud
A altitudes cercanas a los 6000 metros se produce una pérdida de plasma de un 30%.
Como la sangre tiene otros componentes que no se pierden, el volumen de sangre disminuye menos, un 15%.
La ventaja que se obtiene es que la concentración de glóbulos rojos aumenta, mejorando así el transporte de oxígeno en sangre.
Al contrario de lo que pudiera parecer, esta disminución en el volumen y el aumento de la viscosidad de la sangre no influyen en la capacidad máxima de esfuerzo.
La pérdida de agua en sangre aumenta debido a la sequedad del aire
A medida que ascendemos, el aire se vuelve más seco, y más todavía con el aumento del frío.
No sólo eso: a medida que aumenta la altitud y el frío, la capacidad del aire para contener humedad disminuye. Es decir, el aire puede llegar a saturarse de agua, pero lo hará con menos cantidad de vapor de agua.
Los pulmones, aunque tienen cierta capacidad de adaptación a estos cambios, no pueden adaptarse al 100% a este brusco cambio de humedad, por lo que se ven obligados a aportar la humedad que falta, en forma de agua, para poder realizar el intercambio gaseoso con la sangre en óptimas condiciones.
A medida que ascendemos, el aire se vuelve más seco, y más todavía con el aumento del frío.
No sólo eso: a medida que aumenta la altitud y el frío, la capacidad del aire para contener humedad disminuye. Es decir, el aire puede llegar a saturarse de agua, pero lo hará con menos cantidad de vapor de agua.
Los pulmones, aunque tienen cierta capacidad de adaptación a estos cambios, no pueden adaptarse al 100% a este brusco cambio de humedad, por lo que se ven obligados a aportar la humedad que falta, en forma de agua, para poder realizar el intercambio gaseoso con la sangre en óptimas condiciones.
Esa humedad aportada no vuelve al organismo, sino que se pierde al exhalar el aire de los pulmones.
La pérdida de agua no sólo se produce durante el ejercicio, sino que afectará a todo el tiempo que dure la estancia en altitud.
Estas pérdidas se hacen notar a partir de los 2500 metros, y aumentan con la altitud. Por poner un ejemplo, a 5500 metros de altitud, una persona puede perder al día, por este motivo, 200ml. de agua por hora, realizando un esfuerzo moderado.
La
solución es beber agua para reponer estas y otras pérdidas, pero hay que
señalar también que la hipoxia causa una inhibición moderada del mecanismo de
la sed.
Habrá que beber agua…aunque no se tenga sed.
Habrá que beber agua…aunque no se tenga sed.
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