En la entrada Un alud en primera persona, analizábamos un incidente ocurrido en el año 1999, y ya adelantábamos cuáles eran algunas de las claves que explican el porqué de tal incidente.
Afortunadamente, la única consecuencia fue un susto pero, si no somos capaces de llegar un poco más allá, no habremos aprendido nada de aquella experiencia.
Todo quedó en un incidente, ya que no hubo daño. Esta es la principal diferencia entre un accidente y un incidente.
¿Por qué ocurren los accidentes?
El accidente tiene una "causa última" (por ejemplo, un alud, o una caída, que es lo que se oye cuando se relata un accidente: “se cayó de 15 metros…”, “resbaló en un nevero…” o “le cayó una piedra en la cabeza…”),
pero:
este es el punto final de un suceso que se venía gestando tiempo atrás
También es cierto que la montaña es un medio que no
podemos controlar al 100%. A veces es cuestión de suerte...
El "efecto dominó"

Como ejemplo, el caso del alud. No había una sola causa de que explicara el incidente.
Fue una sucesión de varias acciones (u omisiones) lo de provocó que éste llegara a producirse.
Conclusión
NO se accidentó “por caerse 15 metros”, por
“resbalar por un nevero” o por “caerle una piedra en la cabeza”
Estos hechos, más bien, fueron las causas últimas que provocaron el daño, pero no las causas de que el accidente llegara a producirse
Podríamos cambiar las frases y afirmar que
El accidente ocurrió “por un despiste debido al cansancio”, “por no llevar casco” o “por no planificar correctamente la ascensión”.
y el siguiente paso es preguntarse
“¿Por qué estaba cansado?”, “¿Por qué no llevaba casco?” o “¿Por qué no se planificó correctamente la ascensión?”
... y así sucesivamente.
Estos hechos, más bien, fueron las causas últimas que provocaron el daño, pero no las causas de que el accidente llegara a producirse
Podríamos cambiar las frases y afirmar que
El accidente ocurrió “por un despiste debido al cansancio”, “por no llevar casco” o “por no planificar correctamente la ascensión”.
y el siguiente paso es preguntarse
“¿Por qué estaba cansado?”, “¿Por qué no llevaba casco?” o “¿Por qué no se planificó correctamente la ascensión?”
... y así sucesivamente.
El botiquín, el helicóptero y el seguro federativo hay que tenerlos, pero mejor no tener que utilizarlos.
Disfrutar de la montaña exige PREPARACIÓN, FORMACIÓN y PRUDENCIA.
Disfrutar de la montaña exige PREPARACIÓN, FORMACIÓN y PRUDENCIA.
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