Ir al contenido principal

RAQUETAS DE NIEVE: USO Y PRECAUCIONES


Las raquetas de nieve son un medio de progresión en montaña muy apropiado para terrenos llanos donde la nieve complica la deambulación.

El uso de las raquetas de nieve tiene sus limitaciones, y debe hacerse con las debidas precauciones.

La forma de las raquetas de nieve aumentan la superficie de apoyo sobre la nieve, de manera que la presión que se ejerce sobre el manto nivoso disminuye. 


Este fenómeno físico es una ventaja si no queremos hundirnos en la nieve, pero supone un grave inconveniente en las siguientes situaciones:



SITUACIÓN 1:
Cuando debemos ascender, descender o atravesar a media ladera (recorrido de una ladera “de un lado a otro” sin perder ni ganar altura) una pendiente pronunciada en la que, debajo de la capa de nieve superficial, nos encontramos con una capa de nieve dura o helada. En esta situación, las raquetas, incluso aquellas provistas de crampones (puntas de hierro situadas en la parte inferior que se encuentran en algunos modelos de raquetas), no serán capaces de ejercer la presión necesaria para clavarse en la capa de nieve dura o hielo, lo que puede provocar una caída.









SITUACIÓN 2:
Cuando el manto nivoso tiene un gran espesor y pretendemos ascender, descender o atravesar a media ladera una pendiente pronunciada. En esta situación, la raqueta puede provocar que nos deslicemos ladera abajo por la imposibilidad de ejercer una presión “hacia abajo” para trazar una huella. Lo más que conseguiremos será un “zueco” que impedirá que tracemos la huella y deslizará sobre la nieve que tengamos debajo, provocando la caída.





SITUACIÓN 3:
Cuando la ladera está helada y pretendemos ascender, descender o atravesar a media ladera una pendiente pronunciada. En esta situación, los crampones serán efectivos si se clavan en el hielo. Hay que tener en cuenta que la raqueta es rígida, y se puede dar el caso de que la forma del terreno haga que la raqueta se apoye sobre el terreno en dos o tres puntos elevados, dejando los crampones en el aire e imposibilitando que se claven en el hielo. Esto, evidentemente, puede provocar una caída.


Si vas a realizar algún recorrido con raquetas:

  • No realices itinerarios en los que se deban ascender, descender o atravesar a media ladera fuertes pendientes.
  • Si no te queda más remedio, valora la posibilidad de pasar sin raquetas. Si crees que puede darse este caso durante tu excursión, tiene dos opciones:
Opción 1: Cambia de excursión (antes de salir de casa)
Opción 2: Si sabes cómo utilizarlos, llévate un par de crampones y un piolet. Si no, opción 1. 


Recuerda que las raquetas no son apropiadas para realizar ascensiones. Para eso te llevas los esquís de travesía o vas “a pelo”, abriendo huella, turnándose el grupo y sudando la gota gorda.


Comentarios

Entradas populares de este blog

DESHIDRATACIÓN EN MONTAÑA

El agua garantiza el buen funcionamiento de nuestro organismo, pero algunas funciones corporales como respirar, orinar o sudar provocan pérdidas de agua que deben reponerse diariamente. En condiciones normales, el cuerpo debe reponer unos 2 litros de agua diarios. Cuando el cuerpo pierde más agua de la que ingiere , es decir, cuando el balance hídrico es negativo , nos deshidratamos . Esta deshidratación puede ir acompañada, o no, de alteraciones en el balance de sales minerales o de electrolitos del cuerpo, especialmente de sodio y potasio. En las actividades en montaña el riesgo de deshidratarse es bastante elevado , debido a una serie de f actores que hacen que sea difícil mantener el EQUILIBRIO HÍDRICO de nuestro cuerpo: Más sobre: altitud - frío - calor   ¿CÓMO SABER CUÁL ES NUESTRO GRADO DE DESHIDRATACIÓN? Existen muchas formas, pero la más práctica es a través de la observación del color de nuestra orina .  Como se advierte al f...

LO QUE NOS CUENTAN LAS ROCAS: EL FLYSCH DE ZUMAIA

LAS FUERZAS TECTÓNICAS En ocasiones, las rocas sedimentarias pasan de estar en la posición en la que se formaron (más o menos horizontal) a romperse, arrugarse o plegarse debido a las fuerzas que ejercen las placas de la superficie terrestre cuando interactúan entre sí. Cuando estas capas de roca basculan por fuerzas compresivas, como en el caso del choque entre la placa Ibérica y la Euroasiática, pueden llegar a quedar en vertical, elevarse desde el fondo oceánico y dejarse erosionar por las olas, para que nosotros podamos interpretarlas tomando el sol, un baño o incluso un txakoli desde la playa de Itzurun. Así ocurre en el Biotopo de la Costa Vasca que nos ocupa, donde las capas más antiguas, con una datación de 105 millones de años, se sitúan en la zona de Deba y, las más nuevas, de 50 millones de años, en la zona de Getaria. Estas capas son como las páginas de un libro que nos cuenta la historia de nuestro planeta desde el Cretácico hasta el Terciar...

SALGAMOS DE LA CIUDAD

Este es el relato de un proceso.  El relato del ser urbano . Mumford no se equivocaba cuando describía la ciudad del siglo XIX como un lugar insalubre, contaminado, confuso, estresante, anónimo, superficial, artificial… en oposición a la naturaleza , evocación del paraíso perdido, organismo estable, equilibrado, puro. Salgamos de la ciudad. Volvamos a lo natural. Volvamos al lugar del que nunca debimos salir, un lugar auténtico , donde las personas pueden desarrollarse con arreglo a lo que es natural en ellas. Entonces, salimos a lo natural . Lo natural en oposición a lo urbano . Sin reglas – las reglas son para la ciudad – libres por fin. La ciudad normaliza y regula, el Poder ejerce prácticas biopolíticas (Amin y Thrift, 2002:28), segrega, convierte al ciudadano en “persona promedio” (Wirth, 2005:10). El ser urbano negocia los términos de su práctica sensitiva en el orden de la ciudad. Salgamos de la ciudad. Opongámonos a las normas de la ciudad, seamos honestos , juguemos li...